Asà dice el estribillo de una canción cuya poesÃa y rima encajan perfectamente con la situación actual del PLD de Danilo, el cual, en su desesperación rabiosa, se aferra a un pasado, que lo sumerge, aún más, en la catacumba frÃa y solitaria del desprecio ciudadano.
Fiel a sus errores, esa organización polÃtica ha elegido, en una elección cuestionada, a Danilo Medina, un personaje cuya imagen pública está, según recientes encuestas, sumamente deteriorada, por ser el mismo pulpo, que con su «estrategia» condujo a ese partido a perderlo todo, incluyendo la vergüenza.
El otrora PLD, en manos de Danilo, algo insólito como impensable, instituyó el fraude como método polÃtico, el irrespeto a los acuerdos polÃticos de alto nivel, permeando, sin tapujos, las instituciones públicas, e incluso poniendo a generales, por obligación, a involucrarse en polÃtica directa.
El nuevo presidente del disminuido PLD, en su paso por el poder lo corrompió todo, imitando a Trujillo colocó a toda su familia en posiciones claves de su gobierno y hoy, por arte de magia, todos son millonarios, formando parte del selecto grupo de Arroyo Cano, beneficiados con la loto llamada R.D.
En cualquier paÃs del mundo, una persona con un portuario tan ominoso, le habrÃa de esperar dos caminos irremediables, enfrentar la justicia o soportar el ostracismo polÃtico, los ejemplos abundan en Latinoamérica y el mundo, en cambio un sector del Pld, prefiere desafiar las leyes de la fÃsica y las ciencias polÃticas.
Con su acción del domingo pasado, el pld, reivindica un pasado corrupto, en desprecio, para su desgracia, recorrer el trayecto, aunque empinado, de la renovación, que pudiese, a lo mejor, hacerle un «despojo», para proyectarlo, quizás, en 10 o 20 años, como opción de poder.
Pero la tozudez polÃtica abunda, máxime cuando «el jefe» en sus gobiernos, ha prohijado la corrupción, sólo asà se justifica lo de su propia familia, tal permisividad premeditada, engendra adeptos rabiosos, que sueñan, como ilusos adoctrinados, en volver al poder, con el mismo obtuso, que los habÃa convertidos en los nuevos millonarios.
Está cientÃficamente demostrado que, la locura en grupo es la regla, y que, en esa explosión desordenada de neurotransmisores, traducidos a la polÃtica, el grupo u organización llega, incluso a cometer, suicidios polÃticos inexplicables, en masas y en cadenas, idéntico a lo que ha hecho el PLD.
Con la elección de Danilo y la vieja dirección polÃtica, es tanta la locura medular incrustada en esa organización, que ya no conceptualiza, lógico e imposible en el éxtasis iracundo de la locura, ignoran que, al retroceder, les hacen un favor a los demás partidos polÃticos del sistema, y que, por demás, aceleran su inevitable y dolorosa muerte.
En polÃtica como en la vida, importa más lo que no se ve, que lo que se ve, y la elección de Danilo por su grupo en el pld, de entrada, produce dos efectos inmediatos: a) lo sepulta definitivamente, por su evidente desconexión con la sociedad; Y b) fomenta, sin respeto, la disensión aguerrida y alienta el desánimo, condimentos perfectos, para una nueva ruptura de proporciones inimaginables.
El Pld de Danilo, con su elección, hace una apologÃa o elogio de la locura, como Erasmo de Roterdam, y en su estulticia y despojo hechicero, ya no piensa, más bien se aferra a quien representa la locura misma, buscando huir u ocultarse, asustado como Adán en el paraÃso, al juicio divino y de la vara justiciera del soberano.
SÃ, de ese mismo pueblo que, en su gran mayorÃa, hubo de despertar, en el mes de Julio pasado, del sueño de corrupción, que lo envilecÃa.